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“NO SOY SUFICIENTE”

  • Writer: hola
    hola
  • Feb 9
  • 3 min read

Updated: Feb 9

Esa frase me acompañó durante años. Fue la razón por la que volví a terapia hace seis años. No me sentía lo suficientemente bonita, ni lo suficientemente talentosa, ni lo suficientemente nada. Nada de lo que hacía parecía suficiente para llegar a donde quería. Y lo peor es que nadie me lo decía. Nadie me lo hacía sentir. Era mi propia mente la que me convencía de eso; la famosa ansiedad que llaman.


La terapia me ayudó. Poco a poco, empecé a creer que sí era suficiente. Que sí merecía cosas buenas. Con esa seguridad, compartí mi proceso en redes sociales. Compartí lo que aprendí sobre salud mental, sobre autoestima, sobre el valor de ser uno mismo y gracias a esto y trabajé con marcas, hice alianzas y colaboraciones. Pero, aunque me sentía más fuerte, había un miedo que nunca quise enfrentar del todo: el miedo a no ser aceptada, a no encajar.


Entre 2023 y 2024 ese miedo dejó de ser una idea y se convirtió en algo real. Empecé a recibir negativas de marcas, rechazos de ejecutivos de mercadeo jóvenes pero cuadriculados. Me decían que no encajaba:

• “Muy tatuada.”

• “Muy rara.”

• “Muy vieja.”



Y si una parte de ti alguna vez ha dudado de su valor, escuchar ese mensaje una y otra vez es un golpe directo. No importaba cuánto había trabajado en mi seguridad. No importaba cuánto me había convencido de que era suficiente. Lo único que escuchaba era que no lo era.


Con un año como el 2024, sin energía para sostenerme emocionalmente, todo eso me golpeó aún más fuerte. Volví a tocar ese tema terapia. Otra vez.


Al principio lloré mucho. Me frustré. Puede que para algunos esto parezca algo superficial, pero para mí tocaba una herida profunda, la misma que me llevó a terapia la primera vez. Luego, con el tiempo, dejé de enfocarme en las redes, en las marcas, en los números. Me concentré en lo que realmente estaba pasando en la vida real y puse toda mi energía en mi marca, Penumbra.


Y entonces, como si alguien hubiera apretado un botón en mi cabeza, algo cambió. Dejé de preocuparme por los seguidores. Dejé de preguntarme si las marcas querían trabajar conmigo o no. Dejé de desear pertenecer a ciertos círculos, a ciertos eventos, a ciertos lugares. Dejé de sonreírle a todo el mundo solo para que pensaran bien de mí. Dejé de sufrir. Dejé de sentirme insuficiente.


No sé qué fue lo que hizo click esta vez. No sé si fue la terapia, los años, los golpes del 2024, mi grupo de apoyo o todo junto. Pero por primera vez en mi vida, me siento segura, por primera vez en mi vida, me siento libre de verdad. Libre de la necesidad de encajar. Libre de la necesidad de ser aprobada. Libre de esa “sed” de atención y reconocimiento externos. Libre de la presión que ponen las redes sociales, porque la ponen. Me siento suficiente, validada (por mi y por quienes me importan) y completa.


Y ya, por fin, no tengo miedo de no ser lo que otros esperan, esta vez de verdad, verdad.



Si alguna vez has sentido que no eres suficiente, vengo del futuro a asegurarte que un día todo hace click. Un día te das cuenta de que no necesitas encajar, de que tu valor no depende de la aprobación de nadie y de que, en realidad, nunca hubo nada malo en ti.


Te prometo que llegará ese momento en el que entiendes que lo que los demás piensen de ti no define quién eres. Que no estar en ciertos espacios no significa que no merezcas estar en otros aún mejores. Que ser diferente no es un defecto, es lo que te hace único.


No es un proceso lineal, a veces retrocedes, a veces dudas, a veces duele. Pero en algún punto, sin siquiera darte cuenta, empiezas a vivir para ti y no para los demás. Y ahí, en ese instante, eres libre.


Si hoy sientes que no eres suficiente, aguanta un poco más. Sigue avanzando. Porque un día, sin avisar, vas a mirarte al espejo y a ver lo que siempre estuvo ahí: tú, completo, suficiente y sin miedo.

 
 
 

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